martes, 4 de marzo de 2008

DIOS SALVE A LA HAMBURGUESA


La hamburguesa es básicamente una torta o mazacote de carne picada con especias que se hace a la plancha. La hamburguesa es original de Europa oriental. Las primeras noticias que se tienen de la hamburguesa es que eran alimento habitual de los trabajadores de la zona portuaria de Hamburgo aunque su origen podría remontarse a la edad media en territorios de Mongolia y Turquía.

No estaba considerada una exquisitez, era un recurso barato y rápido para cuando llegaba fin de mes o en casa habìan pocas ganas de cocinar.

La hamburguesa no empezó a gozar de popularidad hasta que algunas empresas de comida rápida orientada hacia los jóvenes la convirtieron en su producto estrella.


El boom empezó en Estados Unidos y se fue extendiendo por todo el planeta a medida que las grandes cadenas expandìan el negocio repartiendo franquicias por las principales ciudades con economía de mercado. Se han convertido en algo cotidiano y cualquier persona susceptible de recibir mensajes publicitarios por medios audiovisuales reconoce a primera vista la simbologìa de la marca de estas poderosas distribuidoras.

La hamburguesa dejo de ser una simple torta de carne para presentarse acompañada de un panecillo redondo que la acoge en su interior junto a un picadillo o unas rodajas de lechuga, tomate y cebolla en su versión màs básica. Al gusto se pueden añadir màs ingredientes como pepinillo, mayonesa, mostaza, ketchup, beicon, huevo frito, etc. En muchos locales tipo bar, restaurante, drugstore, bocaterìa, se pueden consumir hamburguesas pero en estos no siendo sitios especializados el resultado ha sido siempre decepcionante. He llegado a la conclusión de que si quiero zamparme una buena hamburguesa la ùnica alternativa que tengo a Burriquìn o Mardonal es hacerlas yo en casa. Es fácil, la clave està en la carne. En todos los supermercados y comercios de alimentación venden hamburguesas pero pueden tener demasiadas especias, ser demasiado dulces o en los peores casos cuando las pones en la parrilla o sartén descubres que contienen mas agua (quiero pensar que es agua) que carne. Lo ideal es comprarlas en alguna carnicerìa de confianza donde sepas que no defraudan. Para los que tengan problemas con la ternera la hamburguesa de ave es una buena alternativa. Cuidado si llevan adherida una làmina de plástico. Hay quien cree que esas membranas son para impedir que se deshaga la carne cuando las fríen pero yo desde luego no lo aconsejo. No tengo datos para afirmar que el plástico chamuscado es tòxico pero sin duda es desagradable.

Para seguir atrayendo al pùblico, las multinacionales han ampliado su oferta con variedad de menùs que pueden incluir desde patatas fritas hasta helados, nuggets de pollo o pescado e incluso regalos para los niños. Tambièn algunos establecimientos te favorecen la posibilidad de comprar un menù para llevar sin necesidad de apearte del vehículo. Si estas en casa y sientes la necesidad de comer hamburguesas de tu local favorito no es necesario que te laves la cara, te quites las zapatillas, los rulos o el pijama. Eso si, no olvides la cartera.

A mi me encantan las hamburguesas. Dicen que engordan y perjudican la salud. Una hamburguesa de vez en cuando no es mas perjudicial que cualquier otra comida. Llevar una vida sedentaria alimentándose exclusivamente de hamburguesas y refrescos gaseosos conducirà probablemente a la enfermedad pero igualmente tendrà problemas quien haga lo mismo con spaguetti y vino, embutidos y cerveza o menestras y zumos.

Tambien se ha criticado la calidad de la carne y la elaboración del producto en las cocinas de los lugares mas conocidos pero si buscamos en hemerotecas impresas o virtuales encontraremos que las intoxicaciones y problemas sanitarios causados por la mal llamada comida basura son un porcentaje ínfimo en comparación con los causados por la comida convencional.

En España tuvimos recientemente una tonta polémica con la promoción de un menù XXL que ofrecía Burriquìn y el enfrentamiento que mantuvo con el Ministerio de sanidad y consumo. La ex-ministra de sanidad Elena Salgado, elegante, esbelta, saludable y guapa señora ha sido una de las más responsables y eficientes componentes del gobierno socialista de Zapatero. Tratò de acabar con lacras sociales como el alcoholismo, el tabaquismo, la anorexia o la obesidad consiguiendo notables resultados pero se equivocò en las formas. Hay que educar y concienciar contando siempre con la opinión de la ciudadanìa, no coaccionando y reprimiendo con leyes que pretenden erradicar de un dìa para otro vicios y costumbres de fuerte arraìgo en la sociedad.

Su batalla con los productores de vino terminò de hundir su popularidad y su partido le agradeció su dedicación relevándola del cargo para sustituirla por el parlanchín Bernat Soria que està destacando màs por lo que dice que por lo que hace.

Cuando alguien me pone en el supuesto dilema de elgir entre una hamburguesa y una patriótica tortilla de patatas, un bocadillo de blanco y negro o un rabo de toro estofado mi respuesta es clara: todo. Es absurdo plantearse algo asi. Hay momento y lugar para cada cosa. No hay por que privarse de un placer contra beneficio de otro en virtud de prejuicios ridículos.



Importantes personajes han mostrado su amor por la hamburguesa. Homer Simpson por ejemplo es adicto a las hamburguesas y eso no le hace perder su saludable color amarillo. Elvis Presley cuando sentìa la necesidad de comer su manjar favorito no dudaba en volar a Memphis donde preparaban según decìa las mejores hamburguesas del mundo. Su favorita era la hamburguesa con queso.

Como fiel mantenedor del legado de Elvis, tambien el gran Tortelvis ama la hamburguesa. Tortelvis es el líder y frontman del grupo Dread Zeppelín, conjunto que homenajea de una forma muy particular al rey del rock y a los dinosaurios Led Zeppelín haciendo versiones reggae de las canciones de sus ìdolos. Si Jimmy Page escogió la palabra “zoso” como enigmático símbolo para la carpeta interior del legendario disco “IV” , Tortelvis no dudò en escoger como representación mìstica una hamburguesa.



He comido hamburguesas en sitios estrambóticos y en otros que teniendo fama de ofrecer calidad yo terminaba preguntándome por que no se la tirè al encargado en la cara en vez de comérmela con la resignación del que se sabe estafado pero tiene que aprovechar el gasto. A principios de los años ochenta habìa un sitio en el centro de Valencia, junto al cine Capitol, que se llamaba Bocata. Aunque el nombre es parecido no tenìa nada que ver con estos locales verdes especializados en bocadillos impersonales y asépticos que podemos encontrar cerca de grandes superficies comerciales. Bocata era una hamburguesería que ya estaba allí antes de que las grandes “M” y “B” se establecieran en la ciudad. Había que bajar unas escaleras para acceder a un amplio local decorado con amarilleados posters de las estrellas de la época como Camilo Sesto, Leif Garret o John Travolta. Podìas consumir una minúscula hamburguesa acompañada con una microscópica rodaja de pepinillo y una gota de mostaza por el módico precio de sesenta pesetas. Además las chicas que atendían detrás del mostrador eran simpatiquísimas.

Bocata desapareció hace años. Un dìa fui y ya no estaba. Las chicas simpáticas de detrás del mostrador también han desaparecido.







Inmigrant Song by Dread Zeppelin:

http://au.youtube.com/watch?v=3CO7FPU7a2g

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